Maduración de la fruta: de la mirada subjetiva a la precisión tecnológica

Los índices de madurez de la fruta hacen referencia a propiedades físicas y químicas que permiten al agricultor, en el momento de la recolección, asegurarse una calidad mínimamente aceptable para su consumo o una larga vida si se pretende almacenar.

Antes de la adopción de la tecnología en el sector agrícola, era el propio agricultor quien, gracias a su experiencia e intuición, determinaba el momento más adecuado para la recogida de la fruta. Esta decisión, normalmente, sólo tiene en cuenta algunas propiedades físicas del fruto como pueden ser el tamaño y forma, el color del fruto y, ocasionalmente, de la semilla, la resistencia de la pulpa a la presión y la facilidad con la que se desprende del pedicelo.  Para desarrollar esta labor podían contar con la ayuda de tablas de calibres y/o tablas de colores orientativas como las que se muestras a continuación.

Además, hoy en día los agricultores disponen de algunos dispositivos tecnológicos que perfeccionan la evaluación de algunos de los parámetros físicos antes mencionados. Por ejemplo, el penetrómetro permite medir la firmeza o dureza de la fruta en Kg/cm2. Para ello, en el proceso de medición, se penetra el fruto con un tipo de puntal cuyo diámetro depende de cada tipo de fruta, o más bien, de su peso.

De entre los parámetros químicos, el control de sólidos solubles mediante refractómetros es ideal para determinar el momento óptimo de recolección del fruto. Este dispositivo mide la concentración de azúcar expresándola como grados Brix (un grado Brix equivale a un gramo de azúcar cada 100 mL de disolución) en fruta, zumos de fruta,… etc. Otros parámetros son: el contenido de almidón medido utilizando yodo en manzanas y peras y el contenido de ácido predominante (tartárico, málico, cítrico, galacturónico,…) en uvas y cítricos.

Incluso, a finales del pasado año, científicos del MIT desarrollaron un dispositivo portátil destinado a medir la madurez de una manzana midiendo el color de la clorofila en la piel de la fruta bajo luz ultravioleta.

Recientemente, con la irrupción de las placas de prototipado rápido (Arduino, Raspberry Pi y BeagleBone Black como máximos exponentes), se están proponiendo por las universidades distintos dispositivos de bajo coste como lenguas electrónicas portátiles para medir la maduración.

Concretamente, para el caso de la uva, analizando su acidez y la cantidad de azúcar en la fruta con dispositivos como GrapePrecision, dispositivo que posibilita la medición del grado de maduración de la uva en base al color y a la concentración de azúcar creado con una Raspberry Pi equipada con PiCamera v2, la  plataforma STM32 Núcleo-F401RE y el sensor óptico TCD1304, respectivamente. En concreto, para medir el grado de azúcar, se utiliza el sensor CCD lineal TCD1304, un diodo laser de 640 nm y, como principio físico, la ley de la refracción de Snell.

Controlado por una app instalada en un smartphone, no sólo hace posible que el agricultor conozca en todo momento y desde cualquier lugar el proceso de maduración que está siguiendo su producto; también su posterior procesamiento y análisis al registrar los datos de las mediciones en un servidor remoto.

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